domingo, 1 de mayo de 2011

Todo arde - 1993

Fuego. Fuego en mi alma, en mi corazón. ¡En mi casa! Todo está en llamas, y un sentimiento de angustia me invade. Mi vestido azul preferido se está quemando, sólo quedan cenizas de él... Mis cartas, fotos, dibujos...
Mi vida se quema y me paralizo. La gente afuera grita, me grita para que salga de acá, pero me encuentro como petrificada observando tristemente una foto familiar que se quema.
Un viento de sentimientos se arremolina en mi corazón agolpando sensaciones indefinidas. En el silencioso crepitar de las cosas quemándose los sentimientos se confunden.
Todo arde. Mi cama, mis cosas, todo. Todo lo que soy y lo que tengo está siendo consumido por el fuego. El intenso calor me ahoga, las llamas se acercan y no se qué hacer. Será mi fin.
No comprendo por qué, pero de pronto me siento tranquila. Sólo el calor es agobiante, pero me siento serena, observando inmóvil cómo se quema mi pasado, mi presente, mi futuro... Todo se quema, dentro y fuera de mi. Todo arde. "Y yo con todo" -pensé-.
Los bomberos han llegado, pude escuchar la sirena entre los aturdidores gritos de la gente. Pero no salgo, muy por el contrario, me dirijo a la cocina -donde había dejado mi café antes de escuchar la explosión de la estufa que inició el incendio- y vuelvo a tomar mi café sentada en mi sillón preferido antes de que el fuego se adueñe de él. Tal vez fuera el último café de mi vida, y lo quería tomar caliente. Ardiente.

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